Me dicen «buenos días» y no se que tendrán de buenos. Si bien soy consciente de lo que me pone mal, no entiendo por que me siento asi todavia. Se supone que cuando encontramos la causa, el sintoma desaparece. No obstante, en mi la lógica no estaría funcionando.
Dicen que es el tiempo el que lo cura todo. Han pasado tantos meses y sigo extrañando, castigando, enojandome y reprochandole mentalmente la huida, la partida, el abandono y el descaro.
Hay buenas noticias, yo sin él pude. Y pude mucho más que a su lado. Estoy segura de que esto no se lo podría creer. Yo, que dependía tanto de él, de un momento al otro le demostré que sin él hay vida.
Aún así… duele su falta. Pues, veo el sol brillar, pero también veo un vacío difícil de llenar.